¿Cuántas veces al día utilizas la palabra “gracias”? ¿Eres consciente de cuándo la utilizas? ¿Estás realmente agradecido de lo que ocurre en tu vida?
Cuando doy las gracias estoy honrando este momento tal y como es conmigo. También, si es el caso, a la persona que tengo enfrente, su sabiduría, su trabajo, su dedicación hacia mí. Estoy honrando que las cosas son como son. Estoy demostrando mi amor hacia mí, hacia ti, hacia lo que ocurre.
Dos ocasiones perfectas para cultivar el agradecimiento en nuestro día a día son:
- Nos levantamos por la mañana y es posible que ya estemos con el piloto automático de lo que solemos hacer todos los días. Por qué no dedicar un minuto antes que otra cosa a darnos cuenta de que estamos aquí, en este sitio, que respiro, que siento tristeza, ira, alegría,… Mejor o peor, pero estamos. ¿No es ya una razón de peso por la que sentirnos agradecidos?
- Al final del día, ¿qué mejor que irse a dormir pensando en 3 cosas por las que estamos agradecidos del día que está terminando? Al principio quizás sea difícil encontrar motivos o circunstancias del día por las que estar agradecido, pero poco a poco te irás dando cuenta de más y más cosas. Aún así, sino se te ocurren ideas, empieza por cosas “básicas” como estar sano, haber comido, tener agua potable o un techo bajo el que dormir hoy. Se trata de prestar más atención a esos aspectos de nuestra vida.
De corazón, GRACIAS. 🙂